DERMOBIOTA
Últimamente estoy leyendo mucho sobre microbiota. Prácticamente todo el tiempo libre que tengo lo dedico a este tema, tanto en cursos como en libros. Este es el motivo por el que estoy más desaparecida, pero es sólo para volver con más fuerza.
Hoy quiero hablaros de la piel y para las que no tengáis ni idea de lo que es la microbiota, os voy a explicar un poco por encima de qué se trata. Puede que ahora mismo parezca que me he vuelto loca y ya haya dejado de hablar del lipedema, pero no es así. Todo nuestro cuerpo está interrelacionado y en una patología tan poco estudiada como es el lipedema, todo lo que podamos tener en cuenta es poco. Así que os explico que al igual que tenemos que cuidar nuestra alimentación, también tenemos que cuidar nuestra piel.
Ya os hablé en un post anterior sobre la importancia de la hidratación de la piel y hoy vengo a explicaros un poco sobre su microbiota.
Las capas de la piel (seguramente ya las conocerás) son, de fuera hacia dentro, la EPIDERMIS, DERMIS E HIPODERMIS. Pero lo que no conocemos tanto de nuestra piel, es lo que se encuentra por encima de ella: el manto hidrolipídico. Está formado por el contenido de la glándulas sudoríparas (agua y electrolitos) y de las glándulas sebáceas (lípidos). Este manto es una capa de protección que nos permite evitar que se pierda agua y alimentar a la microbiota.
Encima del manto hidrolipídico tenemos la microbiota (virus, bacterias, parasitos, hongos...)
La piel es el órgano super-especializado: su sistema inmune es muy diferente al del resto de los órganos. Es el órgano más grande de todo el cuerpo y es la primera barrera de defensa del organismo, defendiéndonos de los rayos ultravioleta, del frío/calor, químicos y tóxicos ambientales, estrés oxidativo, heridas. Se trata de una defensa física, inmunológica y biológica.
El pH de la piel es ácido (5-5.5) para evitar que se desarrollen microorganismo patógenos que generan enfermedades. La piel tiene cierta humedad, temperatura y secreción sebácea variable según la región corporal. Es decir, la cantidad de sebo será diferente en la zona T de la cara será muy diferente de la que tengo en la pierna. De esta manera, la microbiota que se desarrolle en cada una de estas regiones, también será muy diferente.
¿Qué es la dermobiota? Es el conjunto de ecosistemas cutaneos (bacterias, virus, hongos, parásitos) que habitan en nuestra piel (y en sus folículos pilosos, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas). Para que os hagáis una idea, tenemos 1 millón de bacterias por cada centímetro cuadrado de nuestra piel.
Los microorganismos metabolizan los lípidos y proteínas que hay en la superficie, generando partículas de menor tamaño con una función biológica: productoras de ceramidas para aportar al manto hidrolipídico una mayor protección de la piel y evitar la deshidratación; antimicrobiana para destruir a gérmenes que puedan ser patógenos. También actuarán en un diálogo continuo con células de la piel (queratinocitos, fibroblastos, ...) y células del sistema inmunitario para poder resolver una posible infección. Si alguna de estas señales fallan, podríamos tener una enfermedad producida por un patógeno pero también se puede producir una enfermedad autoinmune o una inflamación crónica. Por lo tanto, es muy importante mantener el equilibrio para que el sistema inmunotolerancia, para que el sistema inmune reconozca a los microorganismos de la piel como propios y no los ataque.
En nuestra piel tenemos miles de especies bacterianas: para poder prevenir y resolver enfermedades debemos tener diversidad del microbioma.
Tenemos muchos factores determinantes de la dermobiota: el sexo, predisposicion genética, estrés, medicación (uso y abuso de antibioticos y corticoides), entorno, estilo de vida, edad, dieta e higiene van a contribuir a un mejor o peor ecosistema.
Cuando he dicho higiene, no solo me estoy refiriendo a que debemos lavarnos, que sí es asi. Pero también tiene que ver la hiperhigiene: todos los jabones y alcoholes que arrastran el manto hidrolipídico y la microbiota de la piel, nos van a afectar negativamente, así que tampoco nos pasemos.
También he hablado de la medicación. Y con esto me gustaría hacer un pequeño apunte, ya que quizá estes aplicando medicamento en tu piel sin que lo sepas. Existen algunos productos como serum y cremas de venta libre en farmacia que tienen efectos antibioticos y por desconocimiento, vamos a ir alterando nuestra microbiota. Algunos de estos productos son: el ácido azelaico (para tratar espinillas y la hinchazón causada por el acné), mupirocina, ivermectina, ácido fusídico...
Cuando se rompe el equilibrio de la microbiota, se rompe el equilibrio de la barrera cutánea, produciéndose una permeabilidad cutánea y por lo tanto, traerá una cascada inflamatoria.
Recordemos que tenemos una enfermedad inflamatoria y aún hay mucho camino por estudiar en el lipedema. Cuida tu piel.
Comentarios
Publicar un comentario