El cerebro, modulador del dolor

Cuando los nervios de tu cuerpo detectan un peligro envían una señal al cerebro: tocan la alarma. Tu cerebro analiza durante un tiempo esa señal nerviosa de manera inconsciente, y basandose en muchos factores, tu cerebro puede crear la sensación de poco, mucho o ningun dolor.
Incluso existiendo una lesión física, será el cerebro quien determine la cantidad de dolor que sientes. Puedes tener un daño enorme y que el cerebro no lo detecte como dolor o sienta algo leve.
Puede resultarte extraño y que no termines de entenderlo, pero no te preocupes, es algo muy nuevo. Durante cientos de años nadie ha sabido realmente el papel activo del cerebro en la creación de la sensación dolorosa. Se ha descubierto recientemente, con la utilización de máquinas de escaner cerebral: ahora se sabe que el cerebro juega un papel muy importante según sea la situación de dolor, incluso habiendo una lesión o una enfermedad física. Por este motivo, el tratamiento del dolor implicará la necesidad de abordar el papel del cerebro.
El dolor es algo extraño. Una lesión muy pequeña como pisar una pieza de lego puede doler mucho, y sin embargo una lesión grande, como el mordisco de un tiburón puede no llegar a doler nada. Vamos a lo morboso, os lo cuento:
En 2003 Bethany Hamilton, tenía 13 años cuando fue atacada por un tiburón mientras surfeaba. Mas tarde, en una entrevista para la CNN, ella contó: "Estaba en estado de shock. No sentí ningun dolor, soy muy afortunada porque si hubiera sentido el dolor las cosas hubieran salido peor" ¿Cómo puede ser que pisar una ficha de lego duela mas que una mordedura de tiburón? El cerebro puede liberar muchas sustancias quimicas que afectan al dolor. Para reducir el dolor, el cerebro puede enviar sustancias quimicas que apagan los mensajes nerviosos enviados desde la parte lesionada del cuerpo.
Aquí tienes la noticia de CNN por si quieres indagar más: https://edition.cnn.com/videos/spanish/2019/11/02/surfista-mordida-atacada-tiburon-bethany-hamilton-surf-deportes-nat-pkg.cnn
Cuando pisas una chincheta, duele, estamos todos de acuerdo. Pero si estuvieras huyendo de un tigre y pisaras una chincheta, lo más probable es que no sintieras ningún dolor. Esto se debe a que durante una emergencia tenemos que centrarnos en la supervivencia y por este motivo, el cerebro decide que no es importante el pinchazo, ya que frente a morir, el mal es menor. Entonces, el cerebro activa un sistema interno de reducción del dolor: INHIBICIÓN DESCENDENTE. Este sistema libera sustancias químicas que "apagan" los mensajes nerviosos relacionados con el daño generado por la chincheta. De esta manera puedes escapar del tigre sin ser distraido por el dolor.
Las regiones del cerebro que activan la inhibición descendente son:
- Médula rostroventral
- Sustancia gris periacueductal
Las sustancias químicas que se encarga de liberar el cerebro para aliviar el dolor son las siguientes:
- Dopamina
- Serotonina
- Dinorfina
- Endorfina
- Encefalina
- Noradrenalina
- Endocannabinoide
Estas sustancias químicas viajan por todo el cuerpo y penetran entre los nervios, bloqueando los mensajes sobre el daño corporal o la inflamación.
No sólo los humanos poseemos inhibición descendente, también se descubrió en ratones en los años 70 y en 2013 en peces.
Por suerte, tenemos modos menos peligrosos de activar este sistema, que no implican que nos persiga una fiera. Durante los diferentes post que vaya publicando, aprenderás distintos modos de activarlo, de manera que la inhibición descendente se convertirá en un buen aliado. Si tienes una lesión que no para de doler, la inhibición hará que sea mucho menos dolorosa, ya que hará que nuestros nervios hipersensibles se calmen.

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